Marís, Marisa, Mariseta, Wanda… es una amiga de las de “tota la vida” pero con ciertas curiosidades añadidas. Es de las que ha ido y ha venido (no ella, sino la amistad). No porque nos hayamos querido más o menos o nos hayamos enfadado y reconciliado. Nada de eso. Por lo menos por mi parte, siempre que nos hemos encontrado me he sentido igual de bien a su lado. Me refiero a que nos conocimos en la guardería de María (nos cuidaba una señora mayor de la que guardo recuerdos increíbles) y fuimos juntas al colegio en parvulitos. (P4 y P5 en mi época). Luego se fue a otro colegio en otro pueblo y lógicamente, debido a nuestra corta edad, no había contacto telefónico ni quedadas. En el instituto volvimos a coincidir y de hecho llegué incluso a formar parte de su “colla d’amics” durante alguna temporada (realmente aún sigo pensando porque no seguí porque era gente encantadora). Cuando se apuntó a solfeo y a saxo me convenció para que me apuntara yo también a clarinete. Éramos unas machuchas de instituto y nos lo pasábamos pipa estorbando a los mañacos y tonteando con los profes (o eso creíamos nosotras) Luego, por cierto, me abandonó y me quedé sola rodeada de mocosos (no te guardo rencor….jaja!). Y finalmente cada una se fue a estudiar hacia un lado (Jávea es lo que tiene…); ella a Valencia y yo a Alicante.
Nunca hemos perdido el contacto, ha sido más fluido o menos, pero siempre nos hemos tratado igual. Y es, de esas amigas, con las que te gustaría hablar/quedar muchísimo más de lo que lo haces.
En fin, después de esta introducción, paso a explicar el luloak de hoy: Marís dijo que le gustaba la camiseta que había hecho para Sole (la de sabina) y que ella quería una también del “maestro”. Le pedí frase y, como suele pasar, me dio libertad creativa. Elegimos el color negro para la camiseta y a pensar!
Encontré una frase que me gustó desde un principio. Sinceramente, no había escuchado la canción de donde la extraje y no es que sea de las que más me ha llamado, pero decidí sacarla de su contexto (canción) y darle mi propio sentido.
Elegí: “que los sueños sean metiras de verdad”.
¿Por qué no? En la tarjeta que le envié adjunta le ponía algo así como que todos hemos soñado con volar alguna vez. ¿Os imagináis que fuese esa una mentira de verdad?
Pues lo que quería era desearle eso mismo con esta camiseta. Que todos sus sueños, por irreales que parezcan, se puedan hacer realidad algún día.
El que pido yo es que volvamos, en uno de nuestros vaivenes, a vernos mucho más a menudo.
Suerte Marís, en todo!
2 comentarios:
Me gusta mucho Lucia.Piensas las cosas y las haces originales.Eres una ARTISTA.
Un beso.Charo
He leído el texto que has escrito en el blog y la verdad es que has conseguido que volviera a todos aquellos momentos. Qué grandes.
Me acuerdo sobre todo de las cartas que nos escribíamos en el instituto y que nos dábamos entre clase y clase. Qué recuerdos.
La verdad es que me hace más ilusión de lo que te imaginas tener una camiseta hecha por ti.
Gracias por la camiseta y el mensaje. Yo también espero que todo lo que alguna vez hayas soñado se pueda hacer realidad!
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